viernes, 1 de octubre de 2010

Primera visita a una iglesia cristiana

Primera visita a una iglesia cristiana:


En la primera visita a una iglesia cristiana fui obligada, uno porque tocaba acompañar a mi padre en un proyecto que tenía como arquitecto, dos porque tenía algo de curiosidad y tres, porque uno siempre tiene que acompañar a la familia, en las buenas y en las "malas".

No hay nada más aburrido que estar en medio de una multitud de extraños, que se tiran al piso, lloran, o se desmallan y pide perdón porque se olvidaron de Dios o cometieron los peores actos de su vida, que los llevo a degradarse consumiendo drogas, porque la mala suerte les cayó encima y quedaron pobres, en fin...cuantas cosas que le pueden pasar a las personas. 


Lo bueno empezó cuando tocó la banda de música, pues tienen los mejores equipos, músicos y excelentes voces. Siempre cantan las canciones cristianas más comerciales, y tienen algunas de su autoría. 

Como me encanta la música, estaba feliz, pero eso no me hizo olvidar el transfondo de todo...de todo lo que pasaba al rededor. 


La mayor publicidad que tiene esta iglesia es que la gente que allá va es muy prospera,  es pues esta su mejor carta de presentación. 


Para facilitarles las cosas a todo el mundo, sobre todo a los que se sientan más atrás, la iglesia dispone de pantallas plasma, con las letras de las canciones. Toda la iglesia tiene aire acondicionado, las instalaciones mantienen limpias y hay personas de logística encargadas de coordinar la asignación de puestos para quienes no han encontrado asiento aún y también para recoger los diezmos. 


Luego viene la prédica del pastor, quien con su experiencia y su buena retorica trata a través de ejemplos cotidianos explicar los textos de la biblia para que sean mejor entendidos. 

Su chispa y su bien humor hace carcajear a más de uno, incluyéndome a mí, pero como dije anteriormente, eso no me hizo olvidar lo que estaba sucediendo, pues me encontraba en un mundo desconocido totalmente para mi, y no sabia si sentirme agradecida por la atención y la prédica o la palabra de Dios que estaba recibiendo, o seguirme cuestionando si lo que veía al rededor mío estaba bien.


Sin embargo debo reconocer que de algo me sirvieron sus palabras…perdón, las palabras escritas en la biblia, según la interpretación que les daba el pastor, para poder asumir mi vida de una forma más organizada y cambiar algunas cosas.

1 comentario:

  1. Este tipo de encuentros no deberían tener ningún costo. Porque cobrar dinero por algo que es sagrado y lo cuál tenemos derecho todos en este mundo. Un verdadero encuentro con Dios, no con oportunistas.

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